Y nos dieron las diez y las once...

Y nos dieron las diez y las once... Porque la cantaron. Y porque se cumplió. Cosco y Leo pusieron voz a la letra de Sabina. Los bailes los pusieron los centenares y centenares de asistentes a la segunda gala nocturna y festiva de la Marina d’Or Básket Cup, fieles al espíritu de esta competición de baloncesto escolar que se está celebrando desde el pasado miércoles en el enclave de la Costa del Azahar. La maratoniana jornada deportiva, amanecida a las 9:00 de la mañana, no evitó que el personal aún tuviera fuerzas para aguantar un poquito más y divertirse, que es lo que toca, con los juglares aragoneses, sus amigos de equipo y con el resto de chicos y chicas de toda España que están en Castellón.

Canciones de los 80 y de los 90, pero, realmente, himnos generaciones para los que los padres y madres, esos sufridores de grada, aunque un poco menos cuando toca venir a disfrutar del niño o la niña y el turismo en Marina d’Or. Ellos quizá fueron los que más disfrutaron, los que más tarde se fueron al hotel, de una velada que arrancó antes con la ‘pequefiesta’ para los ‘mini’, a los que el reloj mandó a la cama un poco antes, porque hay que descansar para que mañana podamos volver a jugar, dado que terminan hoy su competición.

El segundo turno fue para las finales de los concursos de tiro. Las eliminatorias disputadas entre partido y partido derivaron en un enfrentamiento entre las dos mejores puntuaciones en cada categoría. Y en la Marina d’Or Básket Cup son muchas. Desde benjamín hasta júnior. Así que las finales tuvieron su aquel. Tanto en triples como en ‘speed shot’, los duelos se fueron sucediendo ante el ambientazo de un Palacio d’Or lleno, abarrotado y animoso. Las canastas de los campeones se fueron apelotonando mientras se calentaban las muñecas, así como subían de tono las celebraciones en grupo y la entrega de premios posterior.

Con la adrenalina por los aires había que rebajar la tensión moviendo el cuerpo un poco más. No hay suficiente. Subieron al escenario Cosco y Leo, que no al revés. Con una guitarra, una pandereta y mucha guasa se metieron al respetable en el bolsillo con su humor y sus tonadillas conocidas. Que si una de Loquillo, que si otra de los Secretos, que si ahora toca una en inglés, que si lanzamos una de Sabina… Y nos siguieron dando las diez y las once, las doce… y muchas más ediciones de la Marina d’Or Básket Cup. Por algo será.